Ni su pistola semiautomática ni sus golpes y patadas le sirvieron para evitar su detención a cargo de los efectivos policiales.

 

Esta vez se trató de un hombre adulto, de 32 años, otro personaje problemático de esos que suele encontrar en el municipio nuestra siempre atenta Policía Local mientras realiza sus típicos y eficaces operativos de prevención de ilícitos y faltas en general. Este hombre estaba muy comprometido con su accionar delictivo, que consistía nada menos que en la tenencia de un arma de guerra. Tan comprometido estaba con su conducta antisocial que, al ser interceptado por la policía, añadió a su ya de por sí gravísimo cuadro de tenencia de arma una total resistencia a la autoridad a través de insultos, golpes y otros actos de violencia y falta de respeto de esos que no son recomendables a nadie, mucho menos a alguien que ya de por sí está en falta severa, o como diría un joven, “hasta las manos”.

El tipo este fue agarrado por la Policía Local en la zona de Lanús Este, más puntualmente en la intersección de las calles General Paz y Ugarte, el sábado 7 de octubre a las 4:21 AM. ¿Qué persona de bien, honesta y trabajadora anda deambulando por la calle a esa hora? Ninguna; solo los maleantes que llevan consigo elementos dañinos y perjudiciales para el prójimo, como era el caso de este señor, si es que le cabe el rótulo de señor a un maleante que anda cargando una pistola semiautomática calibre 9 milímetros con 7 balas, una de ellas en la recámara, lista para dispararse y las otras 6 en el cargador, listas para recargar después de disparar esa primera bala. ¿A quién le iba a disparar? No se sabe, pero afortunadamente fue detenido a tiempo por las fuerzas policiales.

El tipo fue divisado en el ámbito jurisdiccional de la seccional 4ta de Lanús gracias al aviso de un transeúnte que lo había visto tratando de cometer alguna fechoría. Una vez abordado por la Policía Local el personaje este intenta esquivar el control, volviendo sobre sus pasos, acelerando su andar y finalmente dándose a la fuga. Obviamente se lo persigue y se lo alcanza a los 100 metros. Ahí el hombre empieza a tornarse sumamente hostil, arrojando patadas y golpes de puño que no le sirvieron para nada porque los efectivos lo redujeron con mucha simpleza, dado que para eso están entrenados. Ahí se lo identifica y se realiza la requisa que da con el polémico elemento: la pistola semiautomática que es la prueba contundente de que este tipo no es un ciudadano honrado y que representa un peligro para todos los que sí lo son. Por eso mismo se lo trasladó a la seccional.

7 balas tenía este personaje en su pistola semiautomática cargada.